Introducción
En Avengers: Infinity War (2018) hay un momento clave. El de Thanos buscando arrebatar a La Visión la Gema de la Mente y La Bruja Escarlata en medio, tratando de detener al Titan Loco. El conocer a estos personajes, de los tiempos en que tenías que acercarte a las viñetas para saber de ellos, hizo que me preguntara lo siguiente: Si el poder de La Bruja Escarlata es manipular las probabilidades, sirviéndose de la Magia del Caos, ¿por qué no provocó una desincronización entre las Gemas del Infinito? Eso fue lo que hizo Adam Warlock, en la saga El Guantelete del Infinito, aprovechando su vínculo con la Gema Alma. Hubiera sido una forma de parar a Thanos.
Luego caí en la cuenta de que los poderes de Wanda Maximoff no eran los mismos en el cine que en los tebeos. En el Universo Cinematográfico de Marvel la Bruja posee habilidades telepáticas y telequinéticas, así como la capacidad de generar energía rojiza en sus manos, que convierte en rayos de energía. De manera que no hubiera podido ser lo que ya estaba pensando.
Lo gracioso es que, incluso teniendo sus genuinas habilidades, las cuales parecen haberle otorgado en la serie WandaVision (Bruja Escarlata y Visión) y en la película Doctor Strange in the Multiverse of Madness (2022), estas han sido plasmadas de múltiples formas a lo largo de los años y no explicadas demasiado bien. Por no hablar de las veces que se las han variado para darle menos o más poder según el guionista de turno. Voy a tratar de arrojar algo de luz sobre esto. ¡Vamos allá!
Mutante, Gitana, Bruja y Vengadora
El personaje interpretado por Elizabeth Olsen tuvo un comienzo algo tópico. Fue creado por Stan Lee y Jack Kirby en The X-Men #4 (64), como integrante de la Hermandad de Mutantes Diabólicos, la contrapartida malvada de los X-Men, liderada por el mutante Magneto.
En apariencia Lee y Kirby tiraron de manual a la hora de crear a Wanda. Alguien que tenga por nombre código Bruja Escarlata ha de ser malvada y tener un poder relacionado con el mal de ojo. Recordemos que, en la antigüedad, el mal de ojo, el producir todo tipo de situaciones desagradables a una persona, era una habilidad atribuida a las brujas. Así los poderes de La Bruja Escarlata consistían en producir extraños fenómenos gesticulando con sus manos. En The Official Handbook of the Marvel Universe se describen de la siguiente manera:
“La Bruja Escarlata es una mutante con la capacidad de alterar las leyes de lo probable. Mediante una combinación de gestos y concentración mental, crea una esfera hechizada, un pequeño campo de fuerza psíquica, que altera la realidad. Lanzada contra su blanco, modifica el entorno a nivel molecular, causando extraños fenómenos. Entre los principales se cuentan: la repentina fusión de armas, la espontánea combustión de materiales inflamables, la rápida descomposición de materiales orgánicos e inorgánicos, la repulsión de cualquier objeto volador, la desaparición de aire en una zona determinada, la interrupción de transmisiones y campos de energía, etc. Estos fenómenos se producen instantáneamente tras la conclusión del hechizo“.
Traducción de la Web Enciclopedia del Universo Marvel
Antes he dicho en apariencia porque pronto se descubriría que la razón por la que, tanto Wanda como su hermano gemelo Pietro (el mutante Mercurio), servían a Magneto se debía a una mezcla de temor y agradecimiento al haberles salvado la vida de una multitud de supersticiosos campesinos de Europa Central, enfurecidos con ellos cuando Wanda, accidentalmente, incendió una casa con sus poderes.
Tras la huida forzosa del campamento gitano en el que les habían criado sus padres adoptivos, Django y Marya Maximoff, no tenían donde ir, por lo que aceptaron formar parte de la Hermandad. La naturaleza bondadosa de ambos les haría abandonarla pronto y pedir ingresar en Los Vengadores, en un momento en que estaban buscando nuevos miembros, que reemplazaran a los miembros fundadores, los cuales querían tomarse un descanso.
Los Maximoff vieron así la oportunidad de redimirse de su oscuro pasado y dar ejemplo de colaboración entre humanos y mutantes. El que esto ocurriera en The Avengers #16 (65) era una muestra más de como Los Vengadores apostaron, desde el principio, por ser un grupo integrador, proclive a la diversidad cultural.
Detrás de esta decisión también había una explicación editorial. El coordinar los diversos acontecimientos que tenían lugar en las diferentes cabeceras de Vengadores, para dar la sensación de universo compartido, era más fácil si los miembros que tenían colección no eran los mismos que formaban parte del grupo. La excepción fue el Capitán América porque, en ese momento, sus aventuras estaban ambientas en la II Guerra Mundial.
En Los Vengadores La Bruja Escarlata conocería al amor de su vida, La Visión, y llegaría a convertirse en uno de los miembros más veteranos, liderándolos en varias ocasiones. Todo ello gracias al conocimiento adquirido en estrategia y combate del Capitán América pero, sobre todo, por las enseñanzas de Agatha Harkness, una auténtica bruja, que Wanda conoció en una de las misiones de Los Vengadores. La disciplina metal adquirida por su mentora aumentó la concentración y confianza de la mutante, haciendo que sus hechizos fueran más poderosos y eficaces. Asimismo su entrenamiento mágico le dotó de cierta afinidad con los materiales que utilizan los hechiceros en sus conjuros, como los cuatro elementos alquímicos (aire, agua, tierra y fuego), o la madera.
Posteriormente se especificó que su habilidad mutante para alterar las leyes de lo probable consistía en la manipulación de la llamada Magia del Caos. Dicha magia pertenecía a Ch’thon, la entidad primigenia del Caos. En uno de los intentos de este último por volver a La Tierra, dejó parte de su esencia en Wanda cuando esta estaba naciendo, alterando así sus poderes mutantes para que fueran capaces de conjurar el Caos. De manera que, conforme a ido ganando poder con los años, La Bruja Escarlata ha demostrado ser capaz de alterar la realidad a escala cósmica, convirtiéndose en uno de las heroínas más poderosas del Universo Marvel.
Pero no sólo los poderes de Wanda se modificarían en retrocontinuidad sino también sus lazos familiares. Se trato de reforzar su pasado vínculo con Magneto diciendo que él era su padre biológico. Tanto de ella como de su hermano Pietro. Y su madre era la gitana Magda, que había huido de su marido, horrorizada por sus poderes mutantes. Debido a que Marvel había vendido los derechos de la franquicia mutante a la Fox, en los cómics se desvinculó a Wanda y a Pietro de Magneto e incluso se negó su condición de Mutantes para pasar a ser humanos alterados genéticamente por el Alto Evolucionador. Marvel así podría usarlos con mayor libertad en su universo cinematográfico propio, el cual tiene como eje a la franquicia vengadora. Pero la compra de Fox por Disney, la actual propietaria de Marvel, ha hecho que los X-Men puedan integrarse en el universo cinematográfico de esta. Así que no es descabellado pensar que los gemelos volverán a ser parientes de Magneto.
Cierre y recomendaciones
Como puedes ver, tanto los poderes como los orígenes de La Bruja Escarlata son un tanto caóticos. El chiste no significa que no haya material que se pueda leer de la misma. Así que cierro este post recomendando la lectura de la etapa de James Robinson, recopilada por Panini en el Marvel Omnibus. La Bruja Escaralata: La senda de las brujas. En ella el guionista, con varios dibujantes de gran calidad como Vanesa Del Rey, Marco Rudy, Steve Dillon, Steve Visions o Javier Pulido, profundiza en las raíces gitanas y místicas de Wanda, a la vez que cuestiona las connotaciones peyorativas que ha tenido la palabra bruja, para reinterpretarla a través de las aventuras de la hechicera carmesí. En palabras de Elisa G.McCausland: Esta senda misteriosa que transita La Bruja Escarlata tiene que ver con el arquetipo de la hechicera como revolucionaria y una propuesta de resignificación: la de la bruja como feminista, custodia de la historia de las mujeres, cuya misión no es otra que hacer justicia (super)heroica para todas ellas, empezando por sí misma“.
A este respecto es significativo el cómic Scarlet Witch Vol.2 #5, en el que Wanda realiza un exorcismo en un monasterio de Logroño. A través de dicha trama Robinson hace una crítica a la Inquisición Española y dignifica a todas aquellas mujeres sanadoras, injustamente descritas como brujas porque su forma de actuar y de pensar se alejaba del rol que la sociedad feudal le asignaba.
Sería además Robinson quien establecería que la madre biológica de Wanda era la gitana Natalya Maximoff, quien había sido Bruja Escarlata antes que ella, pero no reveló la identidad de su padre. Lo cual sitúa a nuestra protagonista como parte de una estirpe de hechiceras.
Si a todo ello le sumamos las bellísimas portadas de David Ajá, tenemos un producto redondo que dignifica a una heroína a la que, con demasiada frecuencia, se trata de encasillar como excesivamente conservadora, manipulable y desquiciada.
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