SHADOW OF THE COLOSSUS (PS2): UNA AVENTURA ÚNICA

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Es difícil hacer una lista con los mejores juegos de Play Station 2 dado su enorme catálogo y, en general, calidad del mismo. GTA San Andreas, los God of War, los Kingdom Hearts, los Onimusha, Metal Gear Solid 2 o Final Fantasy X, son sólo algunos títulos que seguro merecen formar parte de ella. Ahora bien, si hablamos de mejores juegos de la historia no todos los anteriores entrarían en esa lista. Algo sólo apto para juegos imperecederos, que se te graban en el corazón,  que suponen una aventura única que va más allá del propio juego. Una forma de entender las emociones, de experimentar sensaciones nuevas. Esta categoría sólo está al alcance unos pocos, uno de estos grandes es Shadow of the Colossus.

Analizamos hoy este juego exclusivo de PS2 que para muchos, entre los que me incluyo, es el número 1 absoluto de esa lista y que da una nueva dimensión al concepto de épico en el mundo de los videojuegos.

EL TEAM ICO: SIN ARTIFICIOS

Portada oficial para región europea de Ico (2001). Realizada por el propio Ueda se inspira en el cuadro “Nostalgia de lo infinito” de Chirico.

A finales de 2001 apareció para PS2 un juego de una desarrolladora desconocida hasta entonces, Team Ico, que debutaba con Ico. El director del equipo y diseñador jefe, Fumito Ueda, tenía una premisa clave: eliminar cualquier aspecto superfluo del juego. Esta característica ha hecho del Team Ico lo que es hoy, un estudio de culto, en el que los usuarios confían ciegamente y al que se le permiten años de retraso en los lanzamientos, pues el resultado merece la pena. De hecho, Ico estaba planeado para salir en la generación anterior, en PS One, pero acabó retrasándose. Algo similar a lo ocurrido con The Last Guardian, en el que se trabajaba desde tiempos de PS2 para acabar en PS4 cuando lo dábamos por perdido.

Ico fue un éxito inesperado de crítica y público. Una aventura sin artificios. A raíz de su éxito el Team Ico se embarcó en un nuevo proyecto también exclusivo para Sony, más ambicioso. Shadow of the colossus pronto generó expectación, especulaciones sobre si sería una continuación de Ico, si el Team Ico iba a consagrarse y establecer una nueva forma de hacer videojuegos. Y no defraudó.

Wanda y Agro llegan al Templo de Adoración.

También para Shadow of the colossus (2005) se usó un diseño sustractivo, desarrollando el juego de más a menos. En lugar de añadir elementos, Team Ico los desechaba de una idea inicial rica, tales como escenografía, personajes, acción frenética, o incluso la música de acompañamiento.

¿Qué queda entonces? Tú. Esto es, el personaje y la historia.

SHADOW OF THE COLOSSUS: HACIENDO FÁCIL LO DIFÍCIL

Esta forma de hacer el juego se aprecia nada más comenzarlo. No hay cinemáticas increíbles, no hay banda sonora machacona, no hay que aprenderse mil combos, combinaciones de botones, desarrollo de habilidades, largos monólogos introductorios, tutoriales… nada de eso. Todo es más directo y sobre todo, más intuitivo. Esa es la magia del título, el gran logro de Team Ico. Nada falta y nada sobra, todo está en su justa medida, en el lugar idóneo en el momento oportuno.

Casi todos los colosos recuerdan a algún animal, Phaedra sería un caballo enorme.

En esencia sólo hay que hacer una cosa: dar con el coloso y acabar con él. Así hasta 16 veces. No hay sensación de repetición aunque siempre es lo mismo. Los escenarios son sencillos, sosos podría decirse, y sin embargo transmiten plenitud e invitan a contemplarlos. No hay secretos, cuevas en las que rebuscar, misiones secundarias que atender, personajes secundarios pesados, nada. Y sin embargo tienes la sensación de estar llevando a cabo una tarea incomensurable, algo titánico que te exprimirá al 100%.

Cada coloso es más difícil que el anterior. Sin llegar a frustrar pero suponiendo un desafío al jugador. Se trata de un juego exigente pero con una curva de aprendizaje exquisita. Un juego del que no te cansas y al que merece la pena regresar de cuando en cuando.

LA HISTORIA

También hablamos de un juego sencillo en términos narrativos. Somos Wanda (o Wander), un guerrero que se dirige a un ancestral templo junto con Agro, su fiel caballo. Hasta este templo de adoración transporta el cuerpo inerte de una chica, Mono. Para revivirla hemos de derrotar a 16 colosos. Nada más. No sabemos qué relación los une, qué le pasó a Mono, qué papel tiene Agro, si es una historia de maldiciones o de amor. Simplemente que hemos de luchar para resucitar a la chica. Es más, no todas estas incógnitas se acaban resolviendo.

En la búsqueda y captura de otro coloso.

Sin duda se cumple la fórmula del menos es más. Los páramos desérticos con alguna zona arbolada nos sobrecogen. Esta sencillez acrecienta la sensación de soledad, de que estamos solos ante el peligro. Ello consigue una inmersión como pocas veces se ha visto en un juego. Te absorbe en esa contemplación, en ese vacío que hemos de llenar con nuestra gesta.

JUGABILIDAD

A nivel de jugabilidad Shadow of the Colossus es una delicia. Son escasos nuestros movimientos y habilidades. Uno duda que pueda hacer frente a enormes monstruos con una pequeña espada y un arco. Pero no, hay más elementos: la agilidad del personaje, Agro y el propio entorno. Básicamente podemos correr, saltar, esquivar y sobre todo, escalar. Esa es la clave y lo que verdaderamente engancha de su mecánica. Ascender por el cuerpo de los colosos escalando con nuestras propias manos.

Escalar por la armadura y el pelaje de los colosos, incluso en el aire, convierten la jugabilidad de Shadow of the Colossus en una de las mejores de su generación.

Dado el tamaño de los colosos deberemos aguantar bastante tiempo escalando. Podemos mejorar esta habilidad recogiendo colas blancas de lagarto. Podemos cazarlos cerca de los altares (puntos de guardado) diseminados por el mapa. Cuantos más recolectemos más tiempo aguantaremos escalando. Teniendo en cuenta que los colosos nos zarandean y tratan de zafarse de nosotros cuando estamos adheridos a ellos es recomendable ampliar esta habilidad. Del mismo modo, algunos árboles tienen frutos que amplían nuestra barra de salud.

La espada también nos sirve de brújula concentrando la luz reflejada e indicando el camino.

Siempre partimos desde el Templo en búsqueda de los colosos, que encarnan ídolos. Una especie de dioses que en la Tierra toman prestadas esas formas agresivas para proteger el poder que albergan. Para guiarnos al alzar la espada la luz se refleja en forma de rayo apuntando a la dirección correcta. De manera similar podemos conocer los puntos débiles de los colosos cuando estamos frente a ellos. Así es como, montados sobre Agro vamos descubriendo desiertos, ruinas, bosques o lagos donde estarán esperando los colosos.

Una vez descubrimos el coloso éste se despierta en una breve pero majestuosa animación y comienza la batalla. Generalmente hemos de interaccionar con el entorno antes de poder acercarnos a los colosos y poder escalarlos.

EL COMBATE

El entorno también afecta a los colosos y hemos de descubrir cómo usarlo en su contra.

Casi todos los colosos requieren usar el escenario para conseguir romper su armadura o escalarlo. Por ejemplo, para escalar a Basaran, una especie de tortuga enorme, lenta pero que despide bolas de fuego por la boca, hemos de hacer que se sitúe sobre unos de los géiseres. Estos se activan y desactivan cada cierto tiempo, si se activan con Basaran encima, la tortuga volcará quedando a dos patas. Entonces con el arco podremos atacar sus únicos puntos de apoyo y caerá sobre su caparazón, momento que aprovecharemos para acercarnos y escalarla para apuñalarla en los glifos, unos símbolos que indican su debilidad.

Los combates con Agro son los mejores del juego formando un tándem para acabar con el coloso.

En otras ocasiones requeriremos la ayuda de Agro para escapar de la persecución o esquivar los embistes del coloso mientras hacemos uso de nuestro arco. Un detalle interesante es que aunque podemos dirigir la dirección que toma el caballo, también podemos usar el arco al mismo tiempo y dañar al coloso. Esta particularidad otorga una intensidad vibrante a las batallas. Destacar que nuestro cómplice se mueve con una fluidez maravillosa, tal que parece un caballo real, elegante y ágil. Unos movimientos impresionantes para la época.

DERRIBANDO AL COLOSO

No recibimos una recompensa al acabar con los colosos. Todo lo contrario. Unos gusanos nos atraviesan hasta perder la conciencia. Sólo al final conoceremos su significado.

Una vez hemos derrotado al coloso una especie de gusanos negros atraviesan nuestro cuerpo y regresamos al Templo de Adoración. Esto avecina un final impactante. Pudiera parecer un juego repetitivo. Los pocos movimientos que tenemos y la constante dinámica de escalar y matar podría acabar sobada. No es el caso.

Cada combate tiene identidad propia y los colosos poseen unas características concretas. Esto abre un abanico de posibilidades a pesar de las limitaciones  escénicas y mecánicas del juego. Así, cuando llegamos a Magus, el último coloso, estamos exhaustos pero nos sentimos unos auténticos guerreros.

LA CRÍTICA

La recolección de frutos y colas de lagarto mejora salud y escalada respectivamente. No obstante, son acciones que no aportan demasiado y que son la parte más aburrida del juego.

No todo es perfecto en Shadow of the Colossus. Teniendo como germen Ico (con el que no comparte historia pero sí simbología), cabría esperar algó más allá de los combates. Hubiera estado bien la introducción de algún puzzle a la hora de dar con los colosos. En lugar de eso, acabamos recorriendo todas las coordenadas del mapa sin nada que hacer por el camino. Porque la recolección de lagartos y frutos, dicho sea de paso, es una actividad muy simple que no aporta nada en narrativa o jugabilidad. La sencillez del juego es un plus, pero algunos elementos podrían haber dado más riqueza.

A veces tardamos varios minutos en encontrar al coloso perdidos en un mapa extenso. El paisaje puede ser un lujo, pero también la falta de elementos puede hacer anodino el galope con Agro hasta el coloso. Cuando llegamos éste despierta sin más. Ico contaba con puzzles ingeniosos que hubieran tenido cabida en este Shadow of the Colossus  perfectamente en determinados momentos. A ello cabe mencionar algunos errores de cámara, en la carga de texturas y caídas del frame rate que deslucen alguna que otra batalla.

CONCLUSIONES

Shadow of the Colossus no sólo es la obra cumbre del Team Ico, es una obra maestra del mundo de los videojuegos. Su diseño sustractivo marca de la casa es un ejemplo de cómo desarrollar un juego con elegancia. Acostumbrados a los grandes alardes técnicos, este título ofrece una dosis justa de cada cosa, a cada cual más brillante. Incluso la música está dosificada y más allá del galope de Agro y los silbidos de Wanda para llamarlo, no tenemos mucho más. Eso sí, las batallas están amenizadas con una composición mítica, grabada a fuego entre todos los que lo hemos jugado, The opened way, absolutamente épica.

Wanda contra Argus, el penúltimo coloso y uno de los más grandes.

Estamos ante un título único e irrepetible. No en vano se remasterizó para PS3 con mejoras como el time attack, sistema de logros, pulido visual y más estabilidad del frame rate. En cambio, Sony acaba de anunciar en el E3 un remake del juego. A tenor de las imágenes es un calco al original pero con gráficos actuales. Creo que es algo innecesario pero que viene a darnos pistas de la dimensión del título, hasta dónde abarca. Nadie especula con una segunda parte y casi es un intocable para crítica y público. Un juego que por su calado e importancia se empeñan en actualizar. Seguramente, el favorito por excelencia de PS2.

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